viernes, 10 de septiembre de 2010

Somos un número sin emociones

Este año tuve un profesor en la facultad muy bueno, no solo por como docente sino como persona.
Nos dijo que el empeño en una asignatura, la vivencia en ella, nuestro esfuerzo y dedicación, no se puede calificar con una simple nota, que es incalculable.
Cierto, si calcularan el esfuerzo realizado en algunas asignaturas algunos tendríamos sobresaliente o incluso matrícula de honor.
Tal vez el sistema de calificación, aunque el mejor, sea también injusto. Una persona que se esfuerza mes y medio y llega alcanzar un aprobado justito frente a otra que se prepara la misma materia en menos de una semana y saca un notable.
Otra profesora, me dijo que no es más inteligente quien más nota saque, que no se mide con la nota final.

Por otra parte también cuenta la suerte, porque te puedes quemar las neuronas estudiando y después que te pregunten lo que menos estudiaste o simplemente lo que no estudiaste.

En definitiva, la vida del estudiante es muy dura y sacrificada, para algunos más que para otros, supongo.

psdata: La tormentosa asignatura de la que hablaba en mi anterior post por fin lo he aprobado, vuelvo a ilusionarme con el final de mi carrera jajaja

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